La firma de seguridad Kaspersky acaba de poner en marcha un programa online que analiza, con fines educativos, la seguridad de nuestras contraseñas. Quien así lo desee podrá ingresar en [http://password.social-kaspersky.com/] una clave para determinar cuánto tiempo tardaría un cibercriminal en descubrirla.
La web garantiza que no almacena ningún dato, pero recomienda a sus usuarios que no introduzcan en ella ninguna contraseña real.
Los resultados en cuanto al tiempo que costaría adivinar cada clave van desde un segundo, cuando se trata de una simple palabra en minúsculas, a varios siglos, cuando combina una serie aleatoria de letras mayúsculas y minúsculas con números.
Para hacerlo más divertido, la web establece comparaciones curiosas con ese período de tiempo. Por ejemplo, ocho meses son el tiempo que tardaríamos en recorrer 590.009 kilómetros en un Ferrari.
La fórmula de la contraseña infranqueable
«Cada nuevo símbolo que añadamos a nuestra contraseña es un nuevo obstáculo para el hacker», señalan en Kaspersky, y añaden que este mismo principio se aplica a la combinación de letras, símbolos y números: «al incluirlos, reducimos las oportunidades de que descubran nuestra clave».
Desde Kaspersky explican que los internautas manejan una media de cinco cuentas diferentes, y cada una de ellas debe contar con su propia contraseña. A pesar de que recordar cinco claves (o más) no resulte fácil para nadie, la firma de seguridad asegura que utilizar la misma contraseña para todo es entregarle a los hackers la llave de nuestra vida online en mano.
Cuanto más larga y más complicada es una contraseña, más tiempo conlleva averiguarla, comentan en la firma, pero solo los usuarios avanzados utilizan una clave como Xp89$ABG-faq?6 para cada una de sus cuentas. Sin llegar a ese extremo, Kaspersky ofrece algunos consejos para elegir una contraseña más segura.
La principal regla, afirman desde la empresa, es que la clave sea larga, y sugieren la posibilidad de añadir varios caracteres sin necesidad de que ésta sea un galimatías. Por ejemplo, podemos emplear una frase clara y fácil de recordar y realizar cambios en ella, como el uso de mayúsculas y minúsculas o la combinación de números, para hacerla más indescifrable.
Aun así, los expertos de seguridad recomiendan no recurrir a frases demasiado conocidas y populares para las claves (siempre es mejor valerse de una creada por nosotros mismos) y establecer el nivel de complejidad de la clave siempre en función de lo valiosos que sean los datos que ésta proteja.
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