Los diseños de relojes inteligentes muy «geek» que empezaron a surgir en la primera hornada de este tipo de aparatos electrónicos de pulsera comienzan a extinguirse. Tal vez la falta de un mercado propio o la ausencia de una necesidad estén detrás de su fracaso. Pero, desde hace algún tiempo, la estética tradicional de los relojes ha virado hacia un interior más tecnológico.
Buen ejemplo es el Runtastic Moment, un reloj inteligente que combina el estilo analógico tradicional y la funcionalidad de una pulsera de fitness actual. No se puede considerar dentro del círculo de «smartwatches» tipo Apple Watch o Samsung Gear S2, con los que el usuario puede jugar a instalar aplicaciones propias de los «smartphones». Se basa en la idea de tener a mano una serie de herramientas para la monitorización de la actividad.
Y cumple. El reloj de la firma austríaca, recientemente adquirida por Adidas, irrumpió el pasado año con una pulsera de monitorización de la actividad física y el deporte de corte convencional, Orbit. Pero en esta ocasión, apuesta por una versión, digamos, invisible de la tecnología. A los ojos ajenos, se trata de un dispositivo que da la hora con manecillas. Para el usuario, es algo más. Con este aparato puede medir los pasos andados, recibir una estimación de las calorías consumidas, tiempo activo o mostrar pequeños «imputs» cuando se recibe una notificación con unas diminutas luces LED. Da la opción, por ejemplo, para establecer alertas vibratorias para que se activen después de periodos de inactividad. Durante la noche se registra la duración de tu sueño y sus fases.
Para ello, el Moment se conecta a un «smartphone» mediante conectividad Bluetooth. Da igual que sea Android o iOS. El reloj se empareja de manera sencilla. Una vez conseguido, el propio dispositivo se pone directamente en hora. Es gracioso ver cómo se mueven las manecillas hasta colocarse en el punto adecuado como por arte de magia. Uno de los mejores aspectos es que no requiere cargar la batería, ya que funciona con una pila estándar. Esto garantiza una larga durabilidad (hasta seis meses), uno de los principales escollos de los «smartwatches» a día de hoy. De esta manera, el propio usuario puede cambiar cuando se agote con un pequeño destornillador que incluye.
El dispositivo tiene un solo botón ubicado en el lateral de la caja, que sirve para realizar varias tareas: bien para ponerlo en modo noche y comenzar la monitorización del sueño, bien para reiniciarlo. La empresa cuenta con varias versiones distintas. Elite (acero inoxidable, cristal resistente a arañazos y correa de piel negra), Classic (acero inoxidable, cristal resistente a arañazos, y una correa de piel), Basic (beige y negro y con esfera más grande), Fun (caja de aluminio, cristal resistente a arañazos y una correa cómoda de silicona). Está disponible desde 129 euros.
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